El dios cuyo nombre significa "llegar a ser, originarse" era la forma matutina, al alba, del dios del Sol. Su animal representadito era el escarabajo pelotero, del que se suponía que se creaba a sí mismo y cuya pecularidad más llamativa consistía en empujar ante sí una bola, por lo que se le consideró un símbolo del movimiento del sol en el horizonte. Se representaba a Jepre como un escarabajo y también, aunque con menor frecuencia, con figura humana y cabeza de escarabajo.
El escarabajo, al igual que el sol naciente, simbolizaba renovación y renacimiento, y por ello los escarabeos, es decir los amuletos con la forma de este animal, eram muy populares. En el Primer Período Intermedio aparecieron los escarabajos con la parte inferior decorada; los grandes escarabajos conmemorativos fueron una particularidad del Imperio Nuevo, destinada a recordar los grandes acontecimientos del reinado del monarca.