miércoles, 8 de junio de 2011
~ Nut
Según la doctrina de la creación de Heliópolis, Nut, la diosa del cielo, pertenecía a la tercera generación de los dioses primitivos. Al arquearse sobre su pareja, Geb, el dios de la tierra, ambos formaron el espacio del mundo habitado, que rellenó Shu, el dios del aire. Según esta concepción, la diosa del cielo se tragaba al sol cada anochecer, después del ocaso, y lo alumbraba de nuevo en la aurora siguiente, antes de su salida. En consecuencias, el oscuro cuelo azul nocturno no era otra cosa que el cuerpo de Nut, en el que brillan estrellas. Dado que se consideraba que las estrellas eran almas de Nut, se apodaba a la diosa "la de las mil almas". Desde los tiempos más antiguos existió el deseo de ser colocado tras la muerte "entre las estrellas", y de este modo Nut alcanzó un papel importante en la doctrina del más allá. Se la representó a menudo en los ataúdes, bien en la tapa como la diosa alada, o bien en el fondo siguiendo la doctrina de la creación, con su cuerpo arqueado sobre el fallecido.