Durante el Imperio Antiguo el sumo sacerdote de Ptah ostentaba el título de "sumo dirigente de la artesanía" en referencia a la fuerza creativa y creadora del dios. Desde este punto de vista fue en todas las épocas el patrón de artistas y artesanos.
Formaba una triada con la diosa leona Sejmet y con el dios de la flor de loto Nefertem. Le unían estrechos lazos con Sokar, divinidad de Menfis y dios de las necrópolis. Posteriormente se amplió la constelación en torno a Osiris hasta Ptah-Sokar-Osiris como encarnación de la creación, la muerte y la resurrección. En las últimas etapas de la historia egipcia las figuras de madera de esta divinidad sincrética siempre formaban parte del ajuar funerario de los personajes notables.
En las representaciones se reconoce fácilmente a Ptah por su escaso tocado -en general un casquete ceñido- y su aspecto de momia. En las manos sostiene un cetro compuesto por los símbolos de la vida, la perdurabilidad y el bienestar. Habitualmente figura en el símbolo de Maat, el orden mundial justo. Ptah tenía una relación especial con el sagrado buey Apis de Menfis, al que se consideraba la encarnación del dios y su mensajero terrenal. El animal sagrado permanecía en un establo del templo de Ptah, donde participaba en los rituales votivos o podía ser interpelado como oráculo.