El culto a Atón era una potestad exclusiva de la familia real, que conforme al modelo de las tríadas divinnas formaba con Atón una familia sagrada. Las imágenes del período de Amarra dan testimonio de este derecho provativo. Atón, representado como disco solar en el cielo, entrega el signo de la vida con sus largos brazos en forma de razon exclusivamente al rey y a su familia; y sólo la familia real ofrece sacrificios al dios Sol.
Este derecho absoluto y el abandono de los antiguos dioses no gozaron del apoyo de la población. Después de la muerte de Akhenatón, la nnueva ideología no pudo subsistir ni siquiera en la corte real y durante el reinado de Tutankhamón, el faraón niño, se restableció el antiguo orden.