Desde el comienzo de la época dinástica Horus, el dios con figura de halcón en torno al cual se forjaron distintos mitos, estuvo estrechamente relacionado con la monarquía.
Hijo de Osiris e Isis, Horus sostuvo un largo enfrentamineto conn el dios Seth, hermano y asesino de su padre. Al principio Ra predirió a Seth, más fuerte y de mayor edad, para la sucesión del trono antes que a Horus, todavía un niño al que se representaba como Harpócrates, "Horus el niño": desnudo, con rizos juveniles y un dedo en la boca. Al final se produjo una lucha entre tío y sobrino. Isis ayudó a su hijo, pero también a su hermano Seth cuando éste resultó herido. Enfurecido por ello, Horus le arrancó la cabeza a su propia madre y huyó a las montañas. Isis se salvó gracias a sus poderes mágicos mientras Seth perseguía al fugitivo y conseguía arrancarle los ojos. Horus recobró la vista con la ayuda de la diosa Hathor; por ello el ojo "udjat" ("sanado") era un amuleto protector. Se depositaba a menudo dentro de los ataúdes y se llevaba encima como amuleto. Horus subió al trono después de un intercambio de misivas entre Ra y Osiris, el rey del más allá. El faraón era considerado en Egipto el Horus viviente, que al morir se convertía enn Osiris.